lunes, 21 de enero de 2008

El bebé con cólicos: ¿cómo actuar?

Los cólicos usualmente comienzan al final de un largo día cuando el bebé tiene justo la edad en que la falta de sueño de los padres ha empezado a arraigarse. El bebé deja de ser ese bebé maravilloso, callado, pacífico y comienza a gritar todas las noches. No es de extrañarse que los padres estén frustrados, desanimados y deprimidos.

El niño con cólico tiende a estar inusualmente sensible a la estimulación. Algunos bebés experimentan una incomodidad mayor por los gases intestinales, algunos lloran de hambre, otros por comer demasiado. Algunos niños que están siendo amamantados no toleran algunos alimentos en la dieta de la madre. Algunos bebés alimentados con biberón no toleran las proteínas de la leche de fórmula. El miedo, la frustración o hasta la excitación pueden llevar a la molestia abdominal y el cólico. Cuando otras personas alrededor de ellos están preocupadas, ansiosas o deprimidas, los bebés pueden llorar más, lo que a la vez hace que aquellos a su alrededor estén aún más preocupados, ansiosos o deprimidos.

Aproximadamente el 20 por ciento de los bebés lloran lo suficiente como para encajar en la definición de cólico. El momento varía, pero el cólico usualmente afecta a los bebés inicialmente durante la tercera semana de vida llegando a su máximo en alguna parte entre la cuarta y la sexta semana.

¡El cólico no dura para siempre! Después de aproximadamente la sexta semana de vida, generalmente comienza a mejorar lento pero seguro y en general ha desaparecido para la duodécima semana de vida. Cuando el cólico todavía es fuerte a las doce semanas, es importante considerar otro diagnóstico (como reflujo).

Síntomas

El cólico frecuentemente, pero no siempre, se inicia a la misma hora cada día y para la mayoría de los bebés, los melindres más intensos son en las noches. El ataque inicia generalmente de una manera repentina. Las piernas se doblan sobre el abdomen, el vientre se distiende y las manos se cierran en puños. El episodio puede durar de varios minutos a horas y generalmente termina cuando el bebé cae exhausto o cuando defeca o pasa el gas.

A pesar del dolor abdominal obvio, los bebés que sufren de cólico comen y suben de peso normalmente.

Signos y exámenes

El cólico usualmente se diagnostica sobre la base de la descripción que da el padre del llanto. Un examen físico cuidadoso es importante para asegurarse de que el bebé no tenga una hernia, una intususcepción, un torniquete de pelo, un pelo en el ojo o algún otro problema médico que necesite atención. Si el diagnóstico no es claro, pueden ser necesarios más exámenes.

Consejos para reconfortar al bebé

Para cada niño funciona algo diferente. Algunos prefieren que se los envuelva en una cobija caliente y otros prefieren estar libres. Se deben intentar diferentes recursos y poner atención a lo que aparentemente funciona aunque sea solo un poquito.

Cargar a un niño es una de las medidas más efectivas. Mientras más se les cargue, aún temprano en el día cuando no están quisquillosos, lo serán menos en la noche. Esto no malcriará al niño. Las mochilas portabebé pueden ser una gran ayuda para esto.

Cuando los bebés lloran, tragan más aire, creando más gas y tal vez más dolor abdominal lo que causa más llanto. Este círculo vicioso puede ser difícil de romper. Mecerlos suavemente puede ser un buen calmante; esto es directamente reconfortante y parece ayudarlos a pasar el gas. Cuando los padres se cansen, un columpio para bebés es una buena alternativa para los bebés de 3 semanas o más que tengan un buen control de la cabeza.

Cantarle canciones de cuna a los bebés puede ser muy reconfortante. De hecho, no es una coincidencia que las canciones de cuna existan en casi todas las culturas.

Cargar a un bebé en posición vertical puede ayudar, ya que ayuda al movimiento de los gases y disminuye la acidez. Asimismo, una toalla caliente o una botella con agua caliente en el abdomen puede ser de ayuda. Algunos bebés prefieren estar acostados boca abajo, cuando están despiertos, mientras alguien les da un masaje en la espalda. La presión en el abdomen ayuda. (Para evitar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante - SMSL-, no se debe poner a dormir a los bebés boca abajo).

Algunos bebés están felices únicamente cuando están chupando algo. Un chupete puede ser como bajado del cielo en estos casos.

La concentración de la leche materna cambia durante la lactancia. La "leche inicial" es abundante pero baja en calorías y grasa, y la "parte final" es mucho más rica. Algunas veces, se puede reducir el cólico permitiéndole al niño terminar el primer seno antes de ofrecerle el segundo. Si el bebé siempre parece estar incómodo o comer demasiado, entonces se le puede ofrecer solo un seno, tanto como quiera en un período de 2 a 3 horas. Así podrá darle al bebé más leche de la "parte final" que es más rica y en algunas ocasiones más calmante.

Algunos niños parecen estar mejor cuando se les da una vuelta en automóvil. Para estos bebés se puede intentar usar un dispositivo desarrollado por un pediatra que imita el movimiento y sonido de un automóvil. Por otro lado, algunos niños mejoran con otras formas más baratas de producir ruidos suaves, como el motor de una aspiradora o el sonido de una lavadora de ropa o de platos.

Las gotas de simeticona, un agente que elimina la formación de espuma y reduce el gas intestinal puede ser de ayuda. El cuerpo no lo absorbe y, por lo tanto, es muy seguro. Algunos médicos prescriben medicamentos más fuertes para el cólico severo (pero esto debe hacerse únicamente después de un examen físico).

Darse un descanso es una buena idea. Cada uno de los padres puede hacerse cargo y relevar al otro. Tomarse ratos para uno mismo es una parte importante de la dinámica de la nueva familia. Se podrá dar más atención al bebé cuando se ha tenido una oportunidad de refrescarse.

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