Los dientes y todo lo que a su alrededor sucede inquieta a los padres. A la primera dentición, dientes de leche, se le achacan dolores, malestares, diarrea. Los dientes permanentes preocupan por su estética y las caries que puedan presentar.
Dientes de leche
Lo primero que deben conocer es que no hay fechas fijas para su aparición y que tampoco es importante qué dientes aparecen primero y cuáles lo hacen después. Hay una variedad muy grande y, pudiera ocurrir, que el primer diente que le vea a tu hijo aparezca a los 13-14 meses de vida. Entra dentro de la normalidad y no deben preocuparse. La aparición de los dientes no tiene relación con la leche, el calcio, las vitaminas. Fíjense en los niños africanos que se están muriendo de hambre, con mayúsculas, y los dientes tan firmes, blancos y sin caries que poseen.
Su erupción no da lugar a ninguna clínica importante, así que si su hijo tiene cualquier malestar no se lo achaquen a la salida de los dientes. Piensen en otra causa.
Muchos padres creen que sus hijos están empezando a "echar" los dientes, cuando a los 4 meses aprecian que los niños llevan constantemente la mano a la boca. No es esa la causa y notarán que desean meter todo el puño, mejor aún, todo el brazo y gritan cuando lo hacen. También observarán que son gritos agradables, alegres y, en ningún caso, parecen de sufrimiento. Es la época del "descubrimiento de la mano". Sienten doble satisfacción, el chuparse la mano y el placer de sentirse succionado.
Dentición definitiva
El inicio de la misma da lugar a una época que se conoce como la segunda infancia. El primero en aparecer es el primer molar definitivo, el cual está situado tras los dos molares de la dentición de leche. Suele aparecer alrededor de los 6 años de vida. Tampoco dan lugar a clínica alguna. Lo único que preocupa, a los niños, es el regalo del Ratoncito Pérez.
Cuidado de la dentición
Empieza ya desde los primeros días de vida. Ya entonces, hay que tomar medidas que vayan a proteger la erupción de los mismos. Nunca echen azúcar o miel al chupete. Tampoco dejarle quedar dormido tomando el biberón y que se quede con la tetina en la boca. Ambas acciones provocan fermentaciones en la zona y van a destruir el esmalte de los dientes de una forma muy agresiva. Son esos niños que vemos con todos los dientes destruidos y sobre todo en las bases de los mismos.
Pronto habrán de ir educándoles a que se los limpien con una pasta adecuada que contenga flúor. No deben poner en el cepillo la cantidad que se ve en la publicidad. Es suficiente y aconsejable utilizar solo el equivalente a un "guisante". Más cuantía proporcionaría demasiado "flúor" a los niños, dado que suelen ingerir parte de la pasta de dientes. Sobre todo, se ha de cuidar si son tres veces las que los limpia. Es importante, que, por los menos una vez al día, hagan una limpieza exhaustiva para eliminar la placa bacteriana, la cual tarda sobre 48 horas en formarse.
Eviten la toma de azúcares; pero aquí quiero resaltar que es mucho más agresivo el tiempo que permanecen en la boca los caramelos que la cantidad de ellos que tome. Hace menos daño que un día a la semana tome 20 caramelos que los tome a lo largo de varios días. El descanso va a permitir una mejor recuperación de las defensas de los dientes.
En cuanto al flúor, han de seguir las normas de su pediatra; pero quiero llamar la atención sobre la posible sobredosificación. Procuren tener presente el flúor que toman en gotas, buches, pasta de dientes y agua mineral. Si se pasan, los dientes se hacen quebradizos y presentan unas manchas grandes de color tiza. Han de hacerse revisiones periódicas que ya les serán marcadas por el dentista infantil.
lunes, 21 de enero de 2008
La Dentición del Niño
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