Durante el tiempo que has educado a tus hijos has procurado darles lo mejor, formarlos de la mejor manera, pagar lo necesario para su bienestar y en ellos tienes puestas todas tus ilusiones.
¿Te imaginas el día en que tu pequeño se convierta en médico o tu niña sea toda una profesional felizmente casada y con unos niños preciosos que serán tus nietos?
Todo lo que te faltó a ti se lo has tratado de dar a ellos; todo lo que no has podido realizar quieres que lo lleven a cabo ellos. El futuro se te presenta próspero y feliz, pero un buen día aparece en tu casa un extraño jovencito por el que no darías ni un centavo y resulta ser el flamante novio de tu hija. O bien, una chica que se presenta como la novia de tu hijo y que trae unos pantalones que tú ya hubieras tirado a la basura.
No creo que hasta hoy haya nacido la persona que una madre quisiera para sus hijos; ni el más guapo príncipe o princesa serían suficientes para nuestros incomparables bebés.
Algunos padres están más preparados que otros para aceptar las elecciones libres de sus hijos y disfrutar de todas sus etapas.
Tus consejos son muy valiosos
Un consejo de ninguna manera es una tortura psicológica. Tú puedes ayudar a tu hijo o hija a reflexionar sobre v arios puntos importantes sobre el noviazgo:
Identificar el sentimiento. ¿Es amor, es enamoramiento o es una simple atracción?.
La atracción es pasajera, superficial y desaparece en cuanto el galán o la chica se presentan despeinados o de mal humor. El enamoramiento busca recibir cariño, cuidados, etc., por parte de la otra persona y está basado en ilusiones e ideales. Es pasajero y tan intenso como frágil. El amor busca dar, procurar el bienestar del otro y está basado en la realidad y la generosidad; es duradero y firme.
Que el novio o la novia no sean un parche para tapar una baja autoestima, o bien, una tabla de salvación para tener pareja segura en las fiestas o para salirse del ambiente tenso de su propia casa.
Que no sea un medio para agredir a los padres o para inquietar al joven que realmente les gusta.
Que no establezca una dependencia excesiva de tal forma que dejen de ver a sus amigos o descuiden considerablemente sus estudios, volviéndose incapaces de llevar vidas sanas e independientes.
Que los novios no sean simplemente un recurso para reafirmar su masculinidad o femineidad, o bien, un medio para sacar sus impulsos y deseos.
Puedes ayudar a tus hijos a identificar qué es lo que les atrae del otro: Si se trata de su aspecto físico o del hecho de que baile bien. O si les atrae su forma de ser, de pensar y sentir e incluso hasta los defectos de él.
Establece reglas
Los padres debemos cuidar a nuestros hijos en todos los ámbitos. Protege a tu adolescente de su propia impulsividad, de su inquietud por experimentarlo todo y vivir de prisas.
Establece reglas en cuanto a horarios, lugar y circunstancias en las cuales tu hija puede recibir al novio o salir con él. Busca que estas reglas no sean tan estrictas que los inviten a no cumplirlas, pero tampoco seas tan permisiva en una edad en la que necesitan controles externos. La clave está en la flexibilidad controlada.
lunes, 21 de enero de 2008
Estás preparada para aceptar el noviazgo de tus hijos
en 3:41
Etiquetas: Adolescentes
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