Tu bebé y sus primeras palabras

Tras el nacimiento, el bebé va a aprender progresivamente a dominar su movimiento respiratorio y el funcionamiento de su laringe. ¡Comunica! Esta es la clave de todo.
A pesar de que los intercambios te parezcan limitados, en un primer momento, tu bebé se mostrará sensible a tus estimulaciones y entonaciones.

Hacia la 3 ó 4 semana: dirigirá la mirada hacia el rostro del adulto, abrirá la boca y sacará la lengua para imitar a los mayores.

Hacia el 2 mes: responderá a tus sonrisas y reaccionará a las voces familiares. Balbuceará y vocalizará pronunciando vocales: le gusta dialogar contigo repitiendo los "gu-gu" o los "ajo". Ya reconoce su lengua materna. En lo que te respecta, debes comportarte de manera natural, sin sobreestimularle. Trata de ser tú misma, háblale con dulzura, permanece atenta a sus reacciones, sin forzarle, ni en exceso ni en defecto.

Trata de acompañar tus gestos y juegos diarios con palabras: las actividades cotidianas pueden convertirse en la ocasión idónea para intercambiar "impresiones" (durante el baño, la comida, los paseos, las lecturas...) De manera progresiva, haz que se exprese nombrando las cosas, no te precipites yendo por delante de sus deseos.

Hacia el 4 mes: aparecerán sus primeras carcajadas y añadirá consonantes a las vocales.

Hacia el 6 mes: disfrutará emitiendo nuevos sonidos, agrupando consonantes y vocales, dialogando con los demás bebés.

Hacia el 7-8 mes: empieza a parlotear. Repite las sílabas: ba ...ba, mumm ... mumm, ma..ma, pa .. pa… ¡y te derretirás!
Plantéale preguntas sencillas sobre lo que le rodea, para que se enriquezca su percepción y su vocabulario (¿has visto el perro?, mira la flor...).
No le regañes sistemáticamente si pronuncia mal. Conténtate con repetir la palabra correctamente.

Hacia el 12 mes: es en este momento cuando evoluciona con mayor rapidez. ¡La gran aventura de la palabra comienza!
Su lenguaje poco a poco va siendo más claro y empieza a decir algunas palabras. Entiende las preguntas y las órdenes simples, repite las sílabas, utiliza la entonación y hace mímica.

El lenguaje debe ser adaptado: no le exijas demasiado. Trata de ofrecerle un vocabulario simple y al mismo tiempo preciso. Es importante que utilices una entonación apropiada y adaptada en cada situación, respeta los momentos de silencio para que pueda ilusionarse con los sonidos de su lengua. Es importante que no le angusties con un auténtico aluvión de palabras.

Hacia los 16 meses: su lenguaje se enriquece rápidamente, aprende palabras, "palabras-frases" que cuanto más las pronuncies, más fácil le resultará aprenderlas. Algunas palabras designan todavía varias cosas al mismo tiempo.

Hacia los 20-22 meses: puede decir frases de 2 palabras.

Hacia los 2 años: es capaz de contar pequeñas historias y su vocabulario contiene hasta 300 palabras. Entiende todos los gestos cotidianos. Plantea muchas preguntas ... y ¡espera una respuesta!. Puedes empezar a enseñarle las letras del alfabeto.

Hacia los 3 años: esta es la etapa clave dice "yo", dispone de unos 20 verbos y su vocabulario se compone de unas 1000 palabras. Aprende los colores, comprende los contrarios (pequeño - grande, frío - caliente ...). Sabe contar hasta 5. Construye frases complejas en presente y en pasado. Conjuga los verbos, utiliza los artículos, los pronombres, los adverbios. Sin embargo, todavía pronuncia mal las palabras.

Los niños que no hablan

El hecho de que un niño no hable antes de los 3 años no debe ser motivo de preocupación, ni por ello debemos pensar que puede estar desarrollando trastornos del lenguaje. Muy a menudo, el niño emite sonidos y pronuncia sílabas. En cambio, si se da el caso de un niño que no balbucea, o que cuando cumplido más o menos su primer año no emite sonidos, ni reacciona cuando se le habla, en este caso es muy recomendable consultar con un especialista. A parte de ciertos casos de autismo, el mutismo de un bebé puede ser debido al hecho de que no oiga bien o incluso puede que exista la posibilidad de que no oiga absolutamente nada.