Los detergentes agresivos, el viento, el polvo y otros factores ambientales pueden causar sequedad en tus manos, dejándolas ásperas y escamosas al tacto.Para suavizarlas, sumérjelas en agua caliente con sal durante unos minutos. Después haz una mezcla con yema de huevo y dos cucharadas de aceite de almendras y úntala sobre tus manos, espera hasta que se seque y retírala con abundante agua.
martes, 8 de enero de 2008
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