Alerta: tu hijo puede necesitar ayuda

A aquellos que somos padres en esta generación nos ha tocado vivir en un mundo que nos plantea un problema para el que no fuimos preparados ya que, como se escucha tanto por ahí, “en nuestra época no existía”. Se trata de vivir en una sociedad donde la disponibilidad y el consumo de drogas de todo tipo, sean estas psicoactivas o no, legales o ilegales, blandas o duras, es muy alto.

Este fenómeno del Uso Indebido de Drogas, con las características que reviste actualmente es relativamente nuevo, tiene aproximadamente unos 30 años.

Si bien afecta a niños, jóvenes y adultos son los más jóvenes los que deben prepararse para evitar las drogas y necesitan como para ningún otro problema la ayuda de sus padres

La farmacodependencia o drogadicción debe ser prevenida, esto es, debe actuarse antes de que exista el consumo o en las primeras etapas del mismo, cuando el joven recién toma contacto o hace sus primeras experiencias con la droga. En estos casos los resultados son excelentes. Para esto se necesitan padres con la capacidad del “darse cuenta”; de reconocer e identificar el problema procedente para luego intervenir rápida y adecuadamente, es decir sin negar o minimizar el consumo de drogas por su hijo pero tampoco dramatizando, desesperándose sino buscando el apoyo o asesoramiento especializado.

Qué hacer

Si nos planteamos el tema de que puede hacer la familia para evitar el uso indebido de drogas por sus hijos tenemos que partir de que es en este ámbito donde el joven obtiene los valores que lo llevarán a ser un adulto responsable, capaz de tomar desciciones independientes con conocimiento de las causas y consecuencias de sus actos. De esta manera tendrá éxito en múltiples situaciones de la vida y reducirá las posibilidades de hacerse daño o causárselo a otras personas.

Por muchas razones no se tiene éxito en la educación de los hijos y el fracaso está entre otras cosas vinculado al consumo de alcohol y/o drogas. Según material del Instituto Interamericano del Niño (organismo especializado de la OEA) son causas del fracaso: la poca o nula comunicación entre padres e hijos, la violencia y las discusiones entre los padres y con los hijos, la demasiada protección o los castigos excesivos o violentos, el descuido y la falta de interés hacia ellos, el mal ejenplo, la irresponsabilidad y el creer que el cumplimiento de los deberes para con los hijos se limita a darles comida, vestido y educación (léase colegio) sin entender que es necesario ofrecerles amor, seguridad y comprensión.

Las llamadas acciones positivas dentro del ambiente familiar se basan en el amor y el afecto durante los años de crecimiento, sin mimos exagerados ni sobreprotección. El dedicarles tiempo para dar normas de conductas y escuchar sus inquietudes y compartir sus sentimientos, el darles oportunidad de experimentar lo que es el éxito y el fracaso (una frase de estímulo oportuna vale mas que un premio material), la creación de un ambiente familiar estable tanto en lo afectivo como en lo social son factores claves en la prevención no sólo del uso de drogas sino de muchas otras conductas alteradas.

Enmarque la educación de sus hijos con reglas claras sobre el uso de drogas, el comportamiento personal y la vida en sociedad. Tome una posición clara y de un categórico no a las drogas; esto presupone un cambio de actitud hacia aquellas aceptadas socialmente como el tabaco y el alcohol; por ejemplo si usted consume alguna de estas practique la discreción y la moderación. Por ejemplo, si tiene hijos de corta edad no fume delante de ellos y si no lo puede evitar reconozca sinceramente que está procediendo mal y al hacerlo explíqueles sencilla y claramente los efectos negativos del tabaco para la salud. Una de las mejores formas de educar es reconociendo los defectos propios. Otro buen ejemplo es rechazar la costumbre tan afianzada en nuestra cultura que es casi una regla, de que no es posible divertirse en las reuniones sin el uso del alcohol.