Un baño refrescante es una buena manera de relajarte, sobre todo al final del día. Para prepararlo hierve agua con hierbas refrescantes como el romero, la hierbabuena o la menta. Filtra este líquido –mejor si está templado- y ponlo en un barreño grande. Sumerge los pies mientras ves la tele o disfrutas de un libro. Después, sécalos y utiliza un exfoliante con partículas de piedra pómez y una crema relajante para pies con aceites esenciales de lavanda y de eucalipto.
martes, 8 de enero de 2008
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