lunes, 21 de enero de 2008

La educación más adecuada para nuestros niños

En el mundo actual, competitivo y tecnificado, todos queremos que nuestros hijos estén preparados para enfrentar el desafío. Y vivimos la elección de su educación como una instancia crucial. Las opciones son múltiples, y cada familia deberá hacer la propia según sus necesidades y posibilidades.

Los más pequeñitos

Ya desde muy chiquitos, si las mamás trabajan, es posible que los bebés tengan que salir de su casa para concurrir a una guardería. Lo ideal sería que no lo hicieran hasta haber cumplido al menos 2 años, para contar con mejor chance de desarrollo de su inmunidad natural, y de la adquirida a través de la vacunación, ya que el contacto con otros niños los expondrá, inevitablemente, a enfermedades. Es clásico que los bebés que van a una guardería pasen el primer año yendo de una infección respiratoria a una diarrea, y de ésta a una fiebre eruptiva. Lo ideal sería contar con una persona sana que pueda cuidar del bebé en su propio ambiente. Por supuesto, esto no siempre es posible.

En caso de que debamos elegir una guardería, tenemos no sólo el derecho sino la obligación de asegurarnos que se trate de un ambiente acogedor, con temperatura adecuada en invierno y verano, sin hacinamiento, donde los bebés más chiquitos estén relativamente separados de los otros niños, donde se nos asegure que no se permite la concurrencia de los niños cuando están enfermos, donde no haya intercambio de efectos personales (chupetes, mamaderas, etc.)

Y ni hablar de que además, en esta etapa crucial para el desarrollo de la inteligencia, querremos que los chiquitos sean estimulados de la forma más personalizada posible.

Todavía no es una etapa en la que el niño necesite compartir, por el contrario, necesita ser el centro, afirmar su personalidad. Una abuela cooperadora, o una persona responsable que lo cuide en su casa, parecen ser buenas alternativas.

Los niños preescolares

En la etapa preescolar, con la concurrencia al Jardín debemos tomar las mismas precauciones en cuanto al ambiente, agregándose además, la necesidad de medidas de seguridad, para evitar accidentes en esta etapa de exploración continua. Será necesario contar con protección en las escaleras y ventanas, con juegos seguros dentro y fuera, con personal responsable que mantenga cualquier objeto potencialmente peligroso fuera del alcance de los niños.

Las opciones educativas actuales incluyen jardines bilingües, trilingües, con computación, y miles de otros adornos. No creemos que sea necesario nada de esto antes de que el niño domine su propio idioma. Sí creemos que el personal debe ser especializado en cuidado y estimulación de preescolares.

Comenzamos la escuela

Cuando llegamos a la edad escolar, las opciones se diversifican aún más. Y así aparecen en nuestro consultorio niños estresados, con somatizaciones, que sufren de cefaleas, gastritis, dolor abdominal recurrente, que se alimentan mal, que tienen bajo peso o sobrepeso, y cuando averiguamos cómo transcurre su vida, nos encontramos con que tienen un horario escolar de 8 horas o más, con idiomas, computación, clases de plástica, música, deportes, deberes vigilados, todo con su horario y su estricta obligación.

No creemos que esto los prepare mejor para el futuro. Sí estamos seguros de la necesidad de los niños de tener espacio y tiempo para sí mismos, para soñar, fabular, para inventar diversos juegos, para descansar, para estar en su casa, para relacionarse con su familia. Si estas actividades no les dan más conocimentos, si les darán otra perspectiva de la vida y del mundo, más seguridad en sí mismos, un mejor desarrollo intelectual.

Si bien deben ir asumiendo paulatinamente sus responsabilidades, y prepararse para el futuro, todo tiene su tiempo. Tienen toda la vida para aprender, para llenarse de obligaciones y de estrés. Los padres deben procurar en lo posible, un horario escolar razonable, y elegir no más de una o dos actividades extra, las que más motiven e interesen al niño.

Es muy posible que no podamos hacer nada cuando sean adultos para mejorar su calidad de vida, pero sí podemos ahora. Para ser un adulto feliz, es bueno empezar de chico.

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