Al hablar del rol de la madrastra o padrastro nos vienen a la mente muchos estereotipos, pues la imagen que se nos ha presentado de ellos es de discordia, problemas, odio etc. En muchas ocasiones, el sólo hecho de saber que se tendrá un padrastro o una madrastra puede ser negativo, ya que generalmente es la figura que representa competencia, oposición, y rivalidad, por lo que debemos prepararnos para manejar la resistencia, sea esta intensa o sutil.
La pareja antes de su matrimonio debe tomar tiempo para conversar sobre las situaciones que van a enfrentar, aclarar los puntos cruciales, y establecer una estrategia a seguir.
Algunos puntos a considerar:
¿Cómo se encargarán del sostén económico de los distintos hijos?
¿Qué parte de los ingresos de la nueva familia habrá que apartar para sostener a la ex pareja y de los hijos que no están con ellos?
¿Dónde van a vivir? ¿En la casa de uno de los dos, o en una casa nueva? Lo recomendable es la última opción.
¿Cómo llamarán los hijos al nuevo esposo de mamá, o a la nueva esposa de papá? (Incluso a los familiares de ellos).
¿Dónde van a quedarse los hijos de la ex pareja cuando vengan de vacaciones o los fines de semana, si no viven en casa?
¿Qué sucederá con las adopciones o cambios de apellidos para los hijos?
¿Cómo se va a manejar la disciplina y los límites en el nuevo hogar?
Es importante, tener en cuenta las edades de los hijos. No es lo mismo que éstos sean niños, que adolescentes, o bien, jóvenes adultos. En el caso de los hijos ya adultos con sus propias familias establecidas, las dificultades pueden darse a nivel de abuelos por ejemplo.
El rol de la madrastra o padrastro debe ser de colaborador con su pareja, y ante todo, propiciar una relación afectiva, sabiendo de antemano que el lugar de papá y mamá es insustituible.
No rivalizes con los hijos de tu pareja.
No pretendas que te llamen “papá o mamá” al día siguiente.
La relación de la pareja se va a ver amenazada cuando los hijos les rechacen o intenten separarlos. Lo cual es normal y esperable. Para lo cual, deben tener buena comunicación entre ustedes y con los hijos. Deben darse apoyo mutuo y generar los espacios necesarios para que se asimile la nueva realidad. Hablen de esto antes de que esta situación se dé. Ayuda mucho pasar tiempo de calidad con los hijos y no sólo con la pareja, antes del matrimonio.
Al principio del matrimonio, debemos comprender que para los hijos la aceptación de la pareja es difícil, porque el hijo de su pareja sufre por la separación de sus padres, y guarda la esperanza de un reencuentro. Es posible que también surjan celos, que se sientan desleales ante el padre ausente si quieren a la nueva pareja. Esto no es fácil, mucho menos si tienen una relación sana y cercana con sus padres, para ello es necesario que con el tiempo se vayan vinculando y adaptando.
Es crucial que los nuevos padres demuestren dedicación a sus hijastros y no únicamente a la pareja. Con el fin de lograr mayor bienestar emocional en los hijos, el padrastro o la madrastra deben tener una cordial relación con los padres biológicos, recordando que el papel de la madrastra y del padrastro es el de colaborador.
El establecimiento de límites es un aspecto sumamente importante, al principio debemos respetar las reglas de los padres biológicos, y conforme la relación se fortalezca y sea afectiva podemos ir revisando, modificando y compartiendo la aplicación de las mismas.
¿Cómo lograr establecer una relación cordial?
La reacomodación familiar, es un proceso que se debe dar de forma natural y no forzada. Si tu eres el nuevo miembro en la familia, debes tener presente que no llegas para sustituir o a excluir al progenitor, vienes para enriquecer a la familia con otra figura de amor, autoridad y armonía.
Tu amor es incondicional, independientemente de las conductas, acciones, y personalidades. Es importante comprender que cada hijo es único, especial y diferente. Por eso, permite que vivan su proceso a su propio ritmo.
Los límites son una muestra de amor y seguridad, por lo que deben cumplirse, pero deben ser acompañados de diálogo, consideración, amor y respeto.
Recuerda que la madrastra o el padrastro es un colaborador de su cónyuge, no el nuevo papá. El que se le dé el título de papá, o mamá, es una prerrogativa exclusivamente de los niños, no se puede imponer. Por eso, no lo pretendas.
lunes, 21 de enero de 2008
Ser madrastra ó padrastro
en 3:13
Etiquetas: Maternidad
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