Al casarte, tienes ciertas expectativas para tu matrimonio; piensas que, el mutuo cariño, la compresión y el respeto, serán suficientes para confrontar cualquier problema situación o cambio.
Esto es así en un gran porcentaje de parejas, pero no lo es para todas. En ocasiones nuestras expectativas son poco realistas.
Por ello, tú y tu pareja deben crear un proyecto de convivencia diaria, adaptándose a las diferentes etapas por las que pasará tu matrimonio.
La falta de interés o de compromiso puede llevar a un matrimonio al fracaso. Es importante que cada uno aprenda a escuchar, entender y considerar las expectativas reales en su relación.
A veces, tus expectativas serán distintas a las de tu pareja. Por eso, es importante la sinceridad y la comprensión para llegar a un consenso, con el cual creen una excelente convivencia y eviten problemas que deterioren su matrimonio.
Las esperanzas con respecto a los hijos y tu pareja, deben ser flexibles, ya que ellos tienen deseos y necesidades diferentes. Una vez que llegan a un acuerdo, deben respetarlo y, siempre, escuchar nuevas propuestas.
lunes, 21 de enero de 2008
Formando un hogar
en 3:15
Etiquetas: Maternidad
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