martes, 12 de febrero de 2008

Las relaciones con la familia de tu pareja

1. La familia de tu pareja


Cuando la relación de pareja va consolidándose el trato con la familia del otro es más frecuente y va adquiriendo más importancia. Pero es sobre todo al inicio de la vida conyugal cuando comienzan las obligaciones familiares, en las que se comparten comidas, reuniones, celebraciones, etc.

Empiezas a formar parte de otra familia y, aunque el contacto con ellos no sea muy frecuente, tendrás que respetar sus costumbres, educación, y estilo de vida. Esto supone un esfuerzo que puede chocar con tu manera de ser pero que por amor a tu pareja y por respeto a su familia tendrás que realizar.

Si te molesta la actitud que tienen contigo o si surge algún conflicto, háblalo con tu pareja para que trate de solucionarlo. Tu pareja deberá apoyarte a ti por encima de todo y tratar de corregir estas actitudes, pero no caigas en las criticas ni menosprecies a su familia y, aunque no consigas solucionar vuestros conflictos, no estés continuamente quejándote de la forma de ser de ellos o del trato que tienen hacia ti. Es preferible que mantengas cierta distancia si piensas que no te respetan o si piensas que no puedes mantener una buena relación.


2. La familia de origen


Ahora tienes una vida independiente a la de tus padres, has formado una familia y deseas que funcione, para ello es necesario que dejes de depender de ellos y ellos de ti.

Si lo ves necesario, ponle límite a tus padres. No permitas que se entrometan en vuestra vida y aclárales lo importante que es para ti vuestra relación. Hazles saber también que aunque valoras mucho su opinión, hay temas en los que no deben y no deseas que intervengan.

También puede ocurrir que los padres sientan cierto temor a que los hijos se distancien de ellos y, para evitarlo, recurren a quejas tales como que no los visitan con frecuencia, no llaman por teléfono, a tus hermanos los veo más, etc. haciéndole sentir de esta forma que su comportamiento no es el esperado y creándoles un sentimiento de culpabilidad. No cedas a sus presiones si piensas que no tienen razón.

Debe quedar claro que esto no es lo común y que lo normal es que la relación con los padres no se vea afectada porque los hijos salgan del hogar y formen otra familia. Por lo general, los padres se sienten felices por la evolución natural de sus hijos aunque echarán de menos la convivencia con ellos.

3. Cómo llevarte bien con la familia política


Lo ideal en toda pareja es una buena relación con ambas familias, esto evitará problemas y discusiones entre vosotros, para lograrlo es necesario tener una buena disposición. A continuación exponemos una serie de sugerencias:

1. Ante todo es necesario una actitud de respeto hacia ellos, hacia sus costumbres y forma de vida, acéptalos como son.

2. Trátalos con cariño y evita cualquier discusión o roce, pero si alguien te ofende o falta el respeto, debes hacerle entender que no se lo puedes permitir. Si es necesario, háblalo con tu pareja para que trate de solucionarlo.

3. Deja que tu pareja tenga una relación fluida y natural con su familia sin que tú tengas que estar en todo momento o tenga que contarte todo lo que hace con ellos. Ten en cuenta que hay personas que tienen una relación muy estrecha o de amistad con sus padres y hermanos.

4. Muéstrate tal y como eres, no pretendas impresionarles para lograr las expectativas que ellos tienen de una nuera o yerno perfecto, no lo lograrás.

5. No compares tu familia con la de tu pareja. Ninguna es mejor que la otra y, al fin y al cabo, te has enamorado de una persona que ha sido educada y se ha desarrollado con los valores y costumbres de tu familia política.

4. La relación con la suegra


Una suegra discreta y cariñosa puede ser una gran ayuda con los nietos


Es un tópico pensar en la suegra como una persona manipuladora, entrometida y que todo lo controla y que por lo tanto genera conflictos en la pareja. Es cierto que esto ocurre en algunas ocasiones. En tal caso, si se entromete en vuestra vida o trata de controlarla debéis intentar no permitírselo desde el primer momento.

También ocurre que aquella madre que fue excesivamente protectora con su hijo, como suegra no podrá evitar seguir preocupándose y preguntándole continuamente por su vida, consiguiendo de esta forma agobiar a la pareja. Son aquellas suegras que no han sabido superar la independencia de su hijo/a.

Con frecuencia se trata de mujeres que apoyan su afectividad en el hijo en lugar de en su marido o pareja, por ausencia o falta de apoyo de este, creando una relación patológica con los hijos.

Por supuesto, también existe un tipo de suegra prudente y discreta, que respeta a la pareja y no se inmiscuye en su relación.

Al margen de los distintos tipos de suegras que hemos señalado, hemos de destacar el papel tan importante que desempeñan la mayoría de ellas cuando nacen los nietos, dispuesta a quedarse con ellos y a ayudar cuando se le necesita.

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